lunes, 7 de marzo de 2011

Campo de sueños II, Júpiter

Júpiter, Fl.- El primer viaje de quien escribe a un campamento de Spring Trainning se produjo en 2011, tras muchos años siguiendo este deporte.
Cantidad de notas, artículos, reseñas, entrevistas y crónicas de colegas venezolanos pasaron por la pantalla de mi computadora destacando año a año la magia de los meses de febrero y marzo en Florida y Arizona, y que Iván Medina junto a Humberto Acosta (comentaristas del circuito de los Leones del Caracas en la pelota venezolana de quienes tuve y tengo el orgullo de tenerlos como mentores de primera mano en el mundo de las transmisiones deportivas) me indicaron en repetidas oportunidades que “es algo que tienes que hacer al menos una vez en tu vida”.
Obviamente ellos se referían a hacer el famoso “viaje” a los distintos campos de entrenamiento, es decir, tomar el carro y arrancar en Júpiter, subir hasta Orlando parando en Port Saint Lucie, Viera, Kissimee en el este y luego bajar desde Dunedin hasta Fort Myers en la costa oeste de Florida, haciendo escala en otras 6 ciudades para luego volar al oeste de Estados Unidos y hacer una ruta similar en la Liga del Cáctus.
Pero como escuché en cantidad de ocasiones en el clubhouse de Leones: “no puedes empezar a ganar hasta que ganes el primero”, pues, no podía conocer la energía del Spring Trainning sin ir al primero de esos “campos de sueños”, como tituló con aquel tino Kevin Costner a esa película.

Destino: Júpiter
Domingo 27 de febrero, suena el despertador a las 8:00 de la mañana, Júpiter nos esperaba. Mariaca, mi compañera astronómica, se encargó del desayuno mientras yo salí a echar gasolina al carro, ya que quién sabe dónde y a qué precio la íbamos a conseguir en el camino.
Pasadas dos horas tomamos la nave espacial con destino a Júpiter, el astrolabio digital nos indicaba que sin tormentas ni inconvenientes debíamos llegar a puerto seguro en una hora y veinte minutos para ver a las estrellas de los Marlins enfrentarse a los nóveles de la Universidad de Miami.
El camino, unas rectas aburridísimas propias para quedarse dormido, fue propicio para conversar sobre la historia del por qué el Spring Trainning y las anécdotas recogidas a través de los documentales de Vale TV y de internet que revelaban la intención de poner a los jugadores a tono para el primer día de temporada y evitar lo que pasa en la pelota venezolana que los jugadores se ponen “ready” ya transcurrido el calendario.

@ Roger Dean
Pasado el tiempo estimado por el GPS entramos a la avenida que llevaba a una zona que pintaba muy elegante, de condominios que no hacían simetría con un ambiente de béisbol. Sin embargo pasando unas cuadras vinos el aviso de “estadio”, seguido de una flecha que indicaba seguir derecho.
A los metros empezamos a ver gente caminando, parejas, familias enteras y enseguida un campo donde habían muchas camisetas rojas, y es que los Cardenales de San Luis comparten el complejo del Roger Dean Stadium con los chicos de la Florida. Seguimos rodando y vimos la fachada del estadio, sombreada por las enormes palmeras sembradas en las aceras de toda la cuadra, nuestro primer contacto con las mayores en primavera.
Estacionamos en una estructura de varios pisos delante de una plaza frente al estadio que asombrosamente no exigía pago (o si lo exigía, pues… oops!).

Retiramos los tickets y al ingresar al estadio ya se respiraba ambiente de pelota, con los vendedores de programas, revistas, calendarios y afines colocados en toda la entrada de manera que sea lo primero que uno se tope al ingresar. El Roger Dean tiene el terreno a la altura de la calle y en el túnel interno de la tribuna están los locales de venta de perros calientes, hamburguesas, pizzas, bebidas y granizados. 
El sol estaba  muy intenso, por mucho más picante y caliente que en Caracas en días de cobertura de marchas y contramarchas. La tribuna estaba dividida entre seguidores de los Marlins y de los “Hurricanes”, con mayoría calificada para los segundos. Aquí es evidente el apoyo a los equipos universitarios de parte de egresados de esas casas de estudios incluso de los que se graduaron cuando se estudiaba con papiros y ábacos, presentes con gorras y franelas de su época.
Por una de las puertas del left field empiezan a entrar los Marlins, cargando algunos sus bolsos, otros apenas con el guante en la mano, 2, 6, 9, 15, 18, 27, 35, 48 uniformados y seguían entrando para ubicarse algunos en el bulpen a pleno sol y otros anegar el dugout entre los bancos y la malla protectora.
Dugout de los Marlins de Florida

A pocos minutos de la voz de play ball ambos equipos calientan músculos, a la izquierda los profesionales y a la derecha los universitarios. Un detalle que dio gusto fue ver a los jóvenes de la “U” reunidos en el center field con la superestrella de los Marlins, Hanley Ramírez, haciendo sus calistenias en un ambiente de camaradería y profesionalismo.

“El presente y el futuro del deporte, juntos” se puede llamar esa gráfica.
A la 1:00 saltaron los peces al terreno, el derecho Javier Vásquez era el abridor de los profesionales, respaldado por el que será el line up diario en el Sun Life Stadium, Coughland, Infante, Ramírez, Stanton, Morrison, Sánchez, Helms, Buck. El boricua se vio inmenso ante sus rivales quienes no le hicieron ni cosquillas en dos entradas pese a que jugaron con bates de aluminio.
Mike Stanton rompió el celofán al desaparecerla por la izquierda con uno en base en el primero ante el derecho de Michael Rudman, quien se fajó como los buenos pese a no contar con una recta que rebasara las 91 millas por hora. En 4 entradas le hicieron 4 anotaciones pero se dio el gusto de dejar con la carabina al hombro a par de rivales, salió barato.

7x1 era el marcador favorable a los Marlins en 5 completos, ya era hora de que el mánager Edwin Rodríguez empezara a evaluar a quienes no tienen un puesto definido en la organización. Ya James había entrado en relevo y vino Hand para ser víctima de la reacción de los “Canes” (abreviación de Hurricanes), que hizo 6 en el sexto y que convirtió en un manicomio el estadio. 
Una explosión de aplausos retumbó cuando Michael Broad entró como emergente y la desapareció por el center-left con 3 en base. Un batazo que –salvando las obvias distancias- se pareció al de Mickey Mantle en Yankee Stadium, que salió del terreno cuando aún estaba en ascenso la pelota.
Pasados los innings los Marlins intentaron, Josh Kroeger entró de emergente y se fue de 3-2 con anotada e impulsada, pero no pudieron hacer más ante el derecho Abrams, quien con su dispareja fisionomía y lanzando de lado ridiculizó a los peces en 2 1/3.
Kroeger jugó primera base

En el séptimo vino el empate para los universitarios cuando Jhan Martínez hizo un wild pitch con hombre en tercera.
El octavo tramo fue, quizás, para la historia. Rony Rodríguez dio doble por reglas de terreno para traer la de irse arriba para los “Canes” y hacer que la tribuna se viniera abajo en aplausos y gritos por los vestidos de verde y naranja.
Noveno inning. Robinson despachó a los grandeligas por la vía rápida, abanicando a uno entre cánticos y coros favorables a los amateurs. Resultado final Miami 9 – Florida 8.

“Que bueno que estábamos aquí, esto no lo vamos a ver muy a menudo!” comentó nuestro vecino de la fila de abajo quien como la mayoría aupaba a los de la derecha.
Tras el resultado pude entender que el “campo de sueños” lo fue a principio para quienes optan por ganarse un puesto en un equipo de grandes ligas, pero para estos chamos de la Universidad de Miami, el primer sueño se hizo realidad, pues se impusieron a los profesionales en dura batalla, frente a un público que estaba a su favor y ante por lo menos 20 scouts de grandes ligas quienes radares en mano monitorearon a todos los que estaban en el terreno.




Carlos Guillén A.

 

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