jueves, 30 de octubre de 2014

El fin de la era Selig

El miércoles 29 de octubre llegaron a su final dos cosas importantes vinculadas al béisbol de Grandes Ligas, con lo que se inicia un período de al menos cuatro meses sin la acción en los diamantes de las mayores y el inicio de una nueva era.

Ya se sabe quién fue el campeón de la temporada 2014 con la entrega del Trofeo del Comisionado, precisamente presentado por última vez por Allan “Bud” Selig, quien a partir de estos días de otoño sin béisbol comienza su retiro de la oficina que dirigió oficialmente desde 1998.

Selig dejó su oficina en Park Avenue en Nueva York como uno de los Comisionados que revolucionó positivamente el béisbol, con aportes novedosos y adaptando el deporte a los tiempos modernos en que muchos factores, como por ejemplo, la tecnología, rigen nuestras vidas.

Obviamente también hay detractores que tienen puntos válidos en contra de la gestión del antiguo propietario de los Cerveceros de Milwaukee.

Selig logró ingresar al mundo del béisbol de Grandes Ligas tras ser un reconocido abonado cuando los Bravos estaban instalados en su natal Milwaukee. Luego de que el equipo se mudó a Atlanta, Selig conformó una organización llamada “Teams Inc.” y que posteriormente se llamó “The Brewers”, que pretendía devolver un equipo de Grandes Ligas a la ciudad y que de momento logró llevar varios juegos de los Medias Blancas de Chicago.

En 1970, tras la bancarrota de los Pilotos de Seattle, “The Brewers” logró obtener la aprobación de compra de la franquicia con Selig al mando y convertirla en los Cerveceros de Milwaukee.

De ahí en adelante todo fue en subida para Selig, con algunos ataques de hipo.

En septiembre de 1992 el entonces Comisionado, Fay Vincent, presentó la renuncia a su cargo, obligando a los dueños de equipo a conformar un Consejo Ejecutivo en el cual estuvo Selig como miembro. Su liderazgo dentro de este comité le hizo ganar puntos, que en apenas dos días le obtuvo el cargo de Secretario del Consejo Ejecutivo de MLB.

La huelga

El primer gran reto lo tuvo en 1994 cuando se llevó a cabo la huelga de peloteros, quienes rechazaban, entre otras cosas, la propuesta de incorporación de un tope salarial para los equipos en la discusión del nuevo contrato colectivo.

Asimismo, el sindicato de jugadores rechazó la práctica de colusión (pacto ilícito en daño de tercero) en detrimento de jugadores agentes libres, presuntamente perpetrada por el propio Selig y el dueño de los Medias Blancas de Chicago, Jerry Reinsdorf, quienes junto con el resto de los propietarios fueron obligados posteriormente por un tribunal a reponer US$10.000.000 a 11 peloteros víctimas de esta modalidad.

La huelga motivó la cancelación de lo que quedaba de temporada 1994 con lo que se puso fin a la posibilidad de Tony Gwynn de convertirse en el último jugador en batear para .400, de Matt Williams de imponer una nueva marca de jonrones en una temporada, de los Expos de Montreal de pasar a la postemporda y de Don Mattingly de finalmente obtener un banderín con los Yankees de Nueva York.

Finalizada la huelga, en la que los propietarios salieron con las tablas en la cabeza, Selig fue castigado por la fanaticada que consideró una ofensa hacia ellos los motivos de la huelga. Esto se evidenció en el descenso de 20% en la asistencia a los estadios en 1995, según publicó la agencia Associated Press (AP) el 10 de agosto de 2004.

Selig se vio obligado a ingeniárselas para hacer regresar el público a los estadios, aunque sólo dejó pasar las cosas ligando que el tiempo hiciera olvidar la huelga… hasta que aparecieron dos ángeles de la guarda, uno nacido en Pomona, California y el otro en la mayor cuna de grandeligas del planeta, San Pedro de Macoris, en la República Dominicana.

Sosa y McGwire

En 1998 Mark McGwire y Sammy Sosa se enfrascaron en una tórrida carrera por romper la marca de cuadrangulares de Roger Maris que terminó cambiándole la cara al béisbol. La fanaticada volvió a llenar los estadios para disfrutar de estos dos gladiadores.

En julio de ese año Selig fue electo por aclamación como nuevo Comisionado de Grandes Ligas y con McGwire y Sosa, entre otros, vendiendo camisetas y metiendo fanáticos en los estadios, las cosas iban mejorando evidentemente en todo sentido, principalmente el económico.

La fiesta de los jonrones hizo olvidar la huelga, los fanáticos estaban inmersos en una bacanal de batazos de larga distancia cuyo elixir parecía infinito, al punto en que el año 2000 se promedió 2,34 cuadrangulares por juego, cifra que no ha podido ser batida.

Todo esto hasta que en 2007 apareció el llamado “informe Mitchell”, elaborado por el ex Senador, George Mitchell, en el que se publicaron los nombres de jugadores que estarían envueltos en una trama de esteroides y dopaje.

La aparición de este informe bajó de un solo jalón el promedio de cuadrangulares por juego a 2.01 en 2008, la cifra más baja desde 1993, según AP.

Entre las recomendaciones hechas por Mitchell estaba la de crear una unidad de investigación, que se encargara de luchar contra los fraudes en la contratación de peloteros, así como la de establecer nuevas normas en la lucha contra el dopaje.

Estallados los casos de Barry Bonds, Roger Clemens, Rafael Palmeiro, McGwire y Sosa entre otros, Selig, quizás con la soga al cuello, negoció y acordó en años posteriores con el sindicato de jugadores un nuevo reglamento antidopaje que buscara lavarle nuevamente la cara al deporte tras sufrir un duro golpe de imagen ante la colectividad.

Los aportes

Pero Selig también sumó cosas buenas al béisbol. De hecho, la lista es relativamente larga:
1.- Juegos interligas.
2- Repartición de ganancias entre los equipos.
3.- Formato de tres divisiones en ambas ligas.
4.- La creación del Wild Card.
5.- La creación del segundo Wild Card y su eliminación en un juego.
6.- El reacomodo de los equipos en sus divisiones, ahora hay 5 por grupo.
7.- El pase de Milwaukee a la Liga Nacional y de Houston a la Americana.
8.- La actualización de las reglas de juego con incorporación de normas anti colisión en el plato, por ejemplo.
9.- La posibilidad de abrir en casa a la liga ganadora del Juego de Estrellas.
10.- La aplicación de la repetición instantánea para batazos de cuadrangular o foul.
11.- La creación del departamento de revisión de jugadas, con lo cual se pueden revisar decisiones de los umpires.
12.- La expansión del deporte hacia mercados internacionales más allá de Latinoamérica y Japón, como Europa y Australia.
13.- La creación del Clásico Mundial de Béisbol.
14.- La creación y actualización de una política antidopaje acorde con los tiempos modernos.
15.- La implementación de cascos para los coaches de tercera y primera base.

Y uno que pasa desapercibido y es haber llegado a por lo menos 20 temporadas en sana paz con el sindicato de jugadores, firmando contratos colectivos sin tener la necesidad de llegar a una huelga o cierre de puertas por parte de jugadores o propietarios, esto también gracias al heredero, el actual Comisionado de Grandes Ligas, Rob Manfred.

Selig se despide por la puerta grande, tiene su estatua en el Miller Park de Milwaukee y deja un legado de crecimiento del béisbol en números impresionantes, con el retorno de los fanáticos a los estadios, con 23 parques nuevos,  con nuevas marcas impuestas, con la aplicación de la tecnología sin romper con la tradición, con la promoción y ascenso de las mujeres dentro de la industria, con nombres inmortales que jugaron y se despidieron durante su período al frente de la oficina ubicada en el 245 de Park Avenue.

A pesar de las cosas malas, gracias Bud.




Publicado el 30 de octubre en:

ESPN Deportes Miami
http://espndeportesmiami.com/el-fin-de-la-era-selig/

Miamidiario.com
http://www.miamidiario.com/deportes/beisbol/tecnologia/deportes/beisbol/cerveceros-de-milwaukee/grandes-ligas/chicago/medias-blancas-de-chicago/milwaukee/serie-mundial/giants/trofeo-del-comicionado/comicionado/allan-bud-selig/park-avenue/330417 

Venezuela al Día:
http://www.venezuelaaldia.com/2014/10/grandes-ligas-el-fin-de-la-era-selig/

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