El miércoles
29 de octubre llegaron a su final dos cosas importantes vinculadas al béisbol
de Grandes Ligas, con lo que se inicia un período de al menos cuatro meses sin
la acción en los diamantes de las mayores y el inicio de una nueva era.
Ya se
sabe quién fue el campeón de la temporada 2014 con la entrega del Trofeo del
Comisionado, precisamente presentado por última vez por Allan “Bud” Selig,
quien a partir de estos días de otoño sin béisbol comienza su retiro de la
oficina que dirigió oficialmente desde 1998.
Selig
dejó su oficina en Park Avenue en Nueva York como uno de los Comisionados que
revolucionó positivamente el béisbol, con aportes novedosos y adaptando el
deporte a los tiempos modernos en que muchos factores, como por ejemplo, la
tecnología, rigen nuestras vidas.
Obviamente
también hay detractores que tienen puntos válidos en contra de la gestión del
antiguo propietario de los Cerveceros de Milwaukee.
Selig
logró ingresar al mundo del béisbol de Grandes Ligas tras ser un reconocido
abonado cuando los Bravos estaban instalados en su natal Milwaukee. Luego de
que el equipo se mudó a Atlanta, Selig conformó una organización llamada “Teams
Inc.” y que posteriormente se llamó “The Brewers”, que pretendía devolver un
equipo de Grandes Ligas a la ciudad y que de momento logró llevar varios juegos
de los Medias Blancas de Chicago.
En 1970,
tras la bancarrota de los Pilotos de Seattle, “The Brewers” logró obtener la
aprobación de compra de la franquicia con Selig al mando y convertirla en los
Cerveceros de Milwaukee.
De ahí
en adelante todo fue en subida para Selig, con algunos ataques de hipo.
En
septiembre de 1992 el entonces Comisionado, Fay Vincent, presentó la renuncia a
su cargo, obligando a los dueños de equipo a conformar un Consejo Ejecutivo en
el cual estuvo Selig como miembro. Su liderazgo dentro de este comité le hizo
ganar puntos, que en apenas dos días le obtuvo el cargo de Secretario del Consejo
Ejecutivo de MLB.
La huelga
El
primer gran reto lo tuvo en 1994 cuando se llevó a cabo la huelga de peloteros,
quienes rechazaban, entre otras cosas, la propuesta de incorporación de un tope
salarial para los equipos en la discusión del nuevo contrato colectivo.
Asimismo,
el sindicato de jugadores rechazó la práctica de colusión (pacto ilícito en daño
de tercero) en
detrimento de jugadores agentes libres, presuntamente perpetrada por el propio Selig
y el dueño de los Medias Blancas de Chicago, Jerry Reinsdorf, quienes junto con
el resto de los propietarios fueron obligados posteriormente por un tribunal a
reponer US$10.000.000 a 11 peloteros víctimas de esta modalidad.
La
huelga motivó la cancelación de lo que quedaba de temporada 1994 con lo que se
puso fin a la posibilidad de Tony Gwynn de convertirse en el último jugador en
batear para .400, de Matt Williams de imponer una nueva marca de jonrones en
una temporada, de los Expos de Montreal de pasar a la postemporda y de Don
Mattingly de finalmente obtener un banderín con los Yankees de Nueva York.
Finalizada
la huelga, en la que los propietarios salieron con las tablas en la cabeza, Selig
fue castigado por la fanaticada que consideró una ofensa hacia ellos los
motivos de la huelga. Esto se evidenció en el descenso de 20% en la asistencia
a los estadios en 1995, según publicó la agencia Associated Press (AP) el 10 de
agosto de 2004.
Selig se
vio obligado a ingeniárselas para hacer regresar el público a los estadios,
aunque sólo dejó pasar las cosas ligando que el tiempo hiciera olvidar la
huelga… hasta que aparecieron dos ángeles de la guarda, uno nacido en Pomona,
California y el otro en la mayor cuna de grandeligas del planeta, San Pedro de
Macoris, en la República Dominicana.
Sosa y McGwire
En 1998
Mark McGwire y Sammy Sosa se enfrascaron en una tórrida carrera por romper la
marca de cuadrangulares de Roger Maris que terminó cambiándole la cara al
béisbol. La fanaticada volvió a llenar los estadios para disfrutar de estos dos
gladiadores.
En julio
de ese año Selig fue electo por aclamación como nuevo Comisionado de Grandes
Ligas y con McGwire y Sosa, entre otros, vendiendo camisetas y metiendo
fanáticos en los estadios, las cosas iban mejorando evidentemente en todo
sentido, principalmente el económico.
La
fiesta de los jonrones hizo olvidar la huelga, los fanáticos estaban inmersos
en una bacanal de batazos de larga distancia cuyo elixir parecía infinito, al
punto en que el año 2000 se promedió 2,34 cuadrangulares por juego, cifra que
no ha podido ser batida.
Todo
esto hasta que en 2007 apareció el llamado “informe Mitchell”, elaborado por el
ex Senador, George Mitchell, en el que se publicaron los nombres de jugadores
que estarían envueltos en una trama de esteroides y dopaje.
La
aparición de este informe bajó de un solo jalón el promedio de cuadrangulares
por juego a 2.01 en 2008, la cifra más baja desde 1993, según AP.
Entre
las recomendaciones hechas por Mitchell estaba la de crear una unidad de
investigación, que se encargara de luchar contra los fraudes en la contratación
de peloteros, así como la de establecer nuevas normas en la lucha contra el
dopaje.
Estallados
los casos de Barry Bonds, Roger Clemens, Rafael Palmeiro, McGwire y Sosa entre
otros, Selig, quizás con la soga al cuello, negoció y acordó en años
posteriores con el sindicato de jugadores un nuevo reglamento antidopaje que
buscara lavarle nuevamente la cara al deporte tras sufrir un duro golpe de
imagen ante la colectividad.
Los aportes
Pero
Selig también sumó cosas buenas al béisbol. De hecho, la lista es relativamente
larga:
1.-
Juegos interligas.
2-
Repartición de ganancias entre los equipos.
3.-
Formato de tres divisiones en ambas ligas.
4.- La
creación del Wild Card.
5.- La
creación del segundo Wild Card y su eliminación en un juego.
6.- El
reacomodo de los equipos en sus divisiones, ahora hay 5 por grupo.
7.- El
pase de Milwaukee a la Liga Nacional y de Houston a la Americana.
8.- La
actualización de las reglas de juego con incorporación de normas anti colisión
en el plato, por ejemplo.
9.- La posibilidad
de abrir en casa a la liga ganadora del Juego de Estrellas.
10.- La
aplicación de la repetición instantánea para batazos de cuadrangular o foul.
11.- La
creación del departamento de revisión de jugadas, con lo cual se pueden revisar
decisiones de los umpires.
12.- La
expansión del deporte hacia mercados internacionales más allá de Latinoamérica
y Japón, como Europa y Australia.
13.- La
creación del Clásico Mundial de Béisbol.
14.- La
creación y actualización de una política antidopaje acorde con los tiempos
modernos.
15.- La
implementación de cascos para los coaches de tercera y primera base.
Y uno
que pasa desapercibido y es haber llegado a por lo menos 20 temporadas en sana
paz con el sindicato de jugadores, firmando contratos colectivos sin tener la
necesidad de llegar a una huelga o cierre de puertas por parte de jugadores o
propietarios, esto también gracias al heredero, el actual Comisionado de
Grandes Ligas, Rob Manfred.
Selig se
despide por la puerta grande, tiene su estatua en el Miller Park de Milwaukee y
deja un legado de crecimiento del béisbol en números impresionantes, con el
retorno de los fanáticos a los estadios, con 23 parques nuevos, con nuevas marcas impuestas, con la aplicación
de la tecnología sin romper con la tradición, con la promoción y ascenso de las
mujeres dentro de la industria, con nombres inmortales que jugaron y se
despidieron durante su período al frente de la oficina ubicada en el 245 de
Park Avenue.
A pesar
de las cosas malas, gracias Bud.
Publicado el 30 de octubre en:
ESPN Deportes Miami
http://espndeportesmiami.com/el-fin-de-la-era-selig/
http://espndeportesmiami.com/el-fin-de-la-era-selig/
Miamidiario.com
http://www.miamidiario.com/deportes/beisbol/tecnologia/deportes/beisbol/cerveceros-de-milwaukee/grandes-ligas/chicago/medias-blancas-de-chicago/milwaukee/serie-mundial/giants/trofeo-del-comicionado/comicionado/allan-bud-selig/park-avenue/330417
Venezuela al Día:
http://www.venezuelaaldia.com/2014/10/grandes-ligas-el-fin-de-la-era-selig/
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