lunes, 7 de mayo de 2012

Pese a nueva sede Miami no encabeza en boletería


Miami.- Ya pasado el primer mes de temporada del béisbol de las Grandes Ligas, la fanaticada del sur de la Florida ha leído, escuchado y visto las novedades de la nueva sede de los Marlins de Miami, el Marlins Park.
 Por un lado está la hermosa infraestructura instalada en la zona conocida como la Pequeña Habana, una de las zonas más deprimidas económicamente de toda la ciudad. El estadio es definido por el propietario de los Marlins, Jeffrey Loria como “una galería de arte que se convierte en una cacofonía de diversión”, inspirada en la obra del español Joán Miró y que cuenta con piezas artísticas dentro y fuera de su estructura, la cual contrasta con las calles que la rodean.
Durante el invierno, el equipo llevó a cabo una intensa campaña de mercadeo para que los fanáticos compraran por adelantado sus boletos en planes de 81, 40 y 20 juegos, y de acuerdo con comentarios de miembros de la directiva “la respuesta fue sumamente satisfactoria”, esto hablando en términos tanto de clientes corporativos como de fanáticos individuales.
En la presente temporada, los peces han llevado oficialmente 337 mil 494 fanáticos a su nueva sede, un promedio de 30 mil 681 por cada uno de los 11 encuentros que han llevado a cabo como locales, una diferencia de casi 7 mil asientos no comprados por cada juego de acuerdo con la capacidad del estadio.
Esto ubica a los peces en el puesto 13 de todas las Grandes Ligas, encabezado por los Phillies de Philadelphia, quienes promedian 45 mil 409 boletos vendidos como locales.
Esta cifra se hace pública basada en la cantidad de boletos vendidos para cada fecha, es decir, que no es contrastada con el ingreso real del fanático al Marlins Park, lo que indica que esos números pudieran ser un poco menores, y esto se ha evidenciado durante los juegos.
Sin embargo, la directiva del equipo está complacida con la respuesta de la fanaticada, incluso con el apoyo recibido luego de las polémicas declaraciones del mánager Oswaldo Guillén en relación sobre su percepción sobre Fidel Castro, momentos en los que se especulaba que la asistencia iba a disminuir considerablemente, pero que no fue así.
Loria había indicado antes del inicio de la temporada que pese a las críticas sobre el nuevo parque, las cuales se hicieron sobre las dudas en torno al origen del dinero para pagar la obra, que lo se buscaba no era “una buena luna de miel, sino que buscábamos un buen matrimonio (con la comunidad)”, indicó.
Un detalle recién descubierto
Quizás el blanco de las críticas al Marlins Park sea el acceso, el estacionamiento o las diferencias en la opinión pública en torno al aporte o no del Condado de Miami-Dade para la construcción del parque. Pero un nuevo detalle negativo se ha descubierto, el cual afecta al plano deportivo y es el sistema de drenaje.
Si bien el parque tiene techo corredizo, punto de honor de los Marlins a la hora de hacer la nueva sede, éste cuenta con un sistema de drenaje moderno pero no funcional, pues a diferencia de los demás parques de béisbol profesional, el drenaje lleva el agua desde los jardines hasta el infield, afectando la consistencia de la tierra del cuadro.
Esto se descubrió antes del segundo juego de la serie ante los Cascabeles de Arizona el pasado 28 de abril, cuando se tuvo que suspender la práctica de infield debido a lo pesado que estaba el terreno. Esto motivó el reclamo del mánager de los reptiles, Kirk Gibson, ante la negativa de Guillén de autorizar el entrenamiento con el objetivo de evitar una lesión, sin embargo la protesta no llegó a mayores planos.



Publicado en El Universsal el 7 de mayo de 2012
http://www.eluniversal.com/deportes/beisbol/120507/lento-inicio-en-miami

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