Miami.- Esta semana se publicó por primera vez el estatus de
la votación para el Juego de Estrellas que se llevará a cabo en Kansas City el
próximo 10 de julio, en esa lista sólo dos jugadores de los Marlins de Miami
aparecen entre los cinco más votados en sus respectivas posiciones.
Uno de ellos es el venezolano Omar Infante, quien está de
tercero, a 74 mil votos de Brandon Phillips de los Rojos de Cincinnati con
512.049 y a 360 mil de su predecesor en la intermedia de los peces, Dan Uggla.
José Reyes es el otro de Miami que se asoma en la votación, ubicándose en el
cuarto puesto entre los campocortos de la Nacional, a 398 mil votos del líder,
Troy Tulowitzki, de los Rockies de Colorado.
Estos resultados parecieran preocuparle poco al mánager,
Oswaldo Guillén, quien explicó que según su perspectiva, estas cifras no
corresponden a los jugadores más destacados de cada equipo, sino a los más
populares.
Quizás por ello se justifica que Rickie Weeks, quien está
sufriendo para llegar a los .200 de promedio, esté de cuarto entre los
camareros por encima del criollo José Altuve quien es la bujía de los Astros de
Houston.
Guillén puso un ejemplo muy cercano: “(Giancarlo) Stanton
tiene buenos números para estar ahí… falta un mes para que se dé el Juego de
Estrellas y mucha gente no sabe que es el jugador del mes (de mayo en la Liga
Nacional), sin ninguna protección en el line up. Espero que tenga el
reconocimiento por cómo está jugando ya que es el responsable de que estemos
donde estamos”, indicó Guillén.
Ante la pregunta de si le gustaría que Stanton participara
en el Derby de Cuadrangulares, sobre todo por la posibilidad de alterar su
swing, el mandamás de los peces explicó que existe una gran diferencia entre su
guardabosques y quizás “Bob Abreu, él es un estudioso de su swing… y Stanton no
sabe nada de eso, no es tan administrado como Abreu, él debería ir y
disfrutarlo”, sonrió.
El estratega también desea que Infante obtenga la invitación
porque ha sido el jugador más consistente de los Marlins en el 2012, dice que
es el más completo pues “te da un jonrón, te roba una base y te hace la jugada
en segunda”.
Sin embargo, aparte de Stanton e Infante, Guillén considera
que otros nombres deben ir al Juego de Estrellas en representación de los peces
al indicar que “todo mi cuerpo de lanzadores debe ir a Kansas City, sin ellos
la historia de los Marlins este año sería otra”.
Las palabras de Guillén vienen respaldadas por la ubicación
en el segundo lugar del este de la Liga Nacional, y de sextos en toda la liga,
del staff de serpentineros de los peces con 3.79 de efectividad hasta el último
juego de la serie contra los Bravos de Atlanta, en la que por cierto se
desbarataron recibiendo 21 anotaciones en 27 episodios.
Los abridores son colíderes en toda la Liga Nacional con 38
aperturas de calidad, igualados con los Phillies de Philadelphia. Josh Johnson,
Mark Buehrle, Carlos Zambrano, Ricky Nolasco y Aníbal Sánchez se han convertido
en unos verdaderos come innings al estar
en el morrito en 366 y 1/3 de los 513
1/3 episodios que ha tenido el equipo incluyendo el juego del pasado jueves,
una diferencia diametral en comparación con los Marlins de 2011.
Además, han sido los que han mantenido los juegos a raya
cuando la ofensiva no ha carburado, algo que ha sido constante este año, pues,
apenas 12 de las 31 victorias que suman los del sur de la Florida hasta el
viernes han sido por ventaja de 3 carreras o más, mientras que 20 de las 26 derrotas
las han recibido fabricando 3 carreras o menos.
“Los Marlins están donde están por el pitcheo” repitió
varias veces Guillén, “sobre todo el abridor… tuvimos problemas con el cerrador
pero ya agarró rumbo. Pero mis cinco abridores han sido la clave esencial de
este equipo”, agregó.
En cuanto al pitcheo de relevo, indicó que, a excepción de
Heath Bell a comienzos de zafra, ha respondido como esperaba, siendo la
sorpresa mayor en lo que va de temporada la actuación del submarinista Steve
Cishek.
El derecho tiene balance de 4-0 con 1.82 de efectividad en
24 y 2/3 de labor, viniendo en el octavo inning por lo general con el juego
apretado en el marcador. La actuación de Cishek no es novedad para los
fanáticos de Miami, pues en el 2011, su primer año completo en las mayores dejó
efectividad de 2.63 en 54 innings y 2/3.
Guillén destaca un cambio en la mentalidad no sólo de sus
lanzadores, sino de todos sus discípulos, explica que están ganando más
confianza, “los enseñamos a jugar para ganar, les hacía falta ese detalle, que
no todos tenían que ser el más valioso, sino hacer las cosas pequeñas,
protegerse unos a otros, no ser personalizados, que les importe más el nombre
que va adelante que el que va atrás”.
Y así se evidencia, pues los problemas de ego que se
vivieron hasta el año pasado se han disipado este año, mostrando apenas
pequeños resbalones muy esporádicos.
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