Miami.- Los Marlins de Miami han tenido un mes de junio diametralmente opuesto a las
emociones vividas en mayo. Con tres veces más derrotas que victorias, los
dirigidos por Oswaldo Guillén luchan por volver a meterse en la pelea de la División
Este de la Liga Nacional.
Quizás embriagados por el buen ritmo logrado en mayo, en los
primeros diez juegos de este mes sumaron 3 victorias y 7 derrotas, sin embargo,
para ese momento no habían sonado las alarmas. La calma aún reinaba en la
pequeña Habana y el dugout estaba confiado en que los números logrados el mes
pasado volverían cuanto antes.
Los jugadores de los Marlins tienen un saludo creado por el guardabosques
Emilio Bonifacio: cada vez que dan un imparable o hacen una buena jugada a la
defensa se llevan los dedos índice y medio al ojo derecho diciendo la frase
“¿lo viste?”. Este gesto se ha hecho muy popular en el Marlins Park desde el
comienzo de la presente zafra.
Sin embargo, Oswaldo Guillén bromeó en serio con ello y el
rendimiento del equipo: “ellos lo hacen cuando las cosas les salen bien, pero
no cuando lo hacen mal, a veces me provoca decirles ´¡no lo viste!´ cuando
cometen errores mentales”, dijo.
Al comenzar las series interligas empezaron a enseriarse los
problemas de los peces, la ofensiva se enfrió y el pitcheo de relevo empezó a
dar muestras de desmoronamiento. En mayo, los peces anotaron 4.5 carreras por
juego; en lo que va de mes, promedian 3.1. La efectividad de los abridores en
mayo fue de 3.53, mientras que en este mes, han aceptado 5.58 anotaciones por
salida; el relevo fue el punto débil de Miami, pues en mayo tenían efectividad
de 3.66, la cual se disparó este mes hasta llegar a 6.46.
La ofensiva se ha debilitado con la ausencia de Bonifacio,
quien está en la lista de incapacitados desde mediados del mes pasado por una
lesión en el pulgar de su mano izquierda. El dominicano era el motor de Miami,
con .351 de porcentaje de embasado y 20 bases robadas en 21 intentos.
Los juegos interligas de mediados de junio no fueron un
bálsamo para los del sur de la Florida, 3 victorias y 12 derrotas agravaron aún
más el panorama, al punto de enviar a los Marlins al último lugar de la División
Este de la Nacional.
La situación estuvo tan complicada para los peces la semana
pasada que el propio dueño de los Marlins, Jeffrey Loria, dio un mitin antes
del último juego ante los Medias Rojas en Boston, sin poder evitar la barrida.
A los días, Oswaldo Guillén hizo lo propio, sin obtener el resultado esperado,
hasta que Hanley Ramírez volvió a reunir a sus compañeros antes del juego del
pasado domingo y en esa reunión tomaron la palabra Carlos Zambrano y Greg Dobbs,
dos de los más experimentados jugadores en el roster, cambiándole la cara a la
novena al detener en 6 la seguidilla de derrotas y lograr su tercer triunfo en
junio.
Sobre este último mitin, el receptor John Buck, quien también
tuvo voz, comentó que “fue una de las mejores reuniones en las que he
participado, sobre todo por la cantidad de gente que participó y la manera en
que Hanley la inició. Tuvo algunos puntos con algunas personas, pero en
definitiva el enfoque fue de ´¡vamos y pasémosla bien!´”.
Ramírez indicó que no es muy apegado a tomar iniciativas de
ese tipo, pero “si tienes algo dándote vueltas en la cabeza tienes que decirlo”.
Luego de la victoria 9-0 del pasado domingo ante los
Azulejos de Toronto, con la que evitaron la barrida, Guillén dejó notar su
alivio por ver que los elementos con que cuenta su equipo funcionaron a la
perfección. El estratega dijo “me siento como si hubiese vuelto a ganar la
Serie Mundial”. Y razones tuvo, pues, la ofensiva revivió, y el pitcheo hizo el
trabajo sobradamente.
Loria ha indicado que no es una persona que sufre de ataques
de pánico, “sé lo que hemos hecho para conformar este equipo”, dijo. El
argumento que también expone la directiva es que la temporada es larga y aún
quedan juegos, pero no habría de extrañar si los peces se lanzan al mercado de
compras antes del 31 de julio.
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